Si has leído el post de esta mañana, sabes que hoy, 30 de abril, cumplo 50, nada más y nada menos. Cumplir 50 es como desbloquear una pantalla en este videojuego que es la vida (mamáaaa qué no te enteras, ya nadie dice videojuego): más arrugas, sí, pero también más carcajadas y un nivel de “me la pela” que me río yo de Thor y su martillo.
Para celebrarlo (y no olvidarlo en mitad de una crisis hormonal o de una reunión de padres), he escrito el Manifiesto de la Diosa Vikinga. ¿Perfecto? Por favor, Vikinga, si has llegado hasta aquí conmigo sabes que NO SOY PERFECTA (ni quiero serlo, y tú tampoco). ¿Útil? Pues a veces, porque hay días que no los arregla ni Thor. ¿Honesto? Como una siesta furtiva.
Esta pequeña comunidad que hemos construido -con risas, confidencias, series, libros y mucha dosis de humor y realidad- es uno de los mejores regalos que me llevo en este año. Y como todo gran viaje merece su canción de guerra (o su himno de vino y carcajadas) he querido traeros un recordatorio de todo lo que somos, de todo lo que hemos sobrevivido y de todo lo que nos queda por celebrar. Espero que os guste tanto leerlo como a mí escribirlo.
EL MANIFIESTO DE LA DIOSA VIKINGA
A los 50 (o 30, 40, 60… 100+) me he ganado a pulso el derecho a reírme de todo (en especial de mí misma).
No pido permiso para cuidarme, descansar, disfrutar o decir “no”. Lo hago y punto (y lo agendo, que nos conocemos).
Mi escudo es la experiencia de todo lo vivido, mi espada y mi armadura son una mezcla de cicatrices y sueños cumplidos y por cumplir.
Las arrugas que veo en el espejo (con permiso de la presbicia) las celebro como marcas de todas las sonrisas, de muchas carcajadas y de algunas noches en vela que algún día echaré de menos (o eso dicen).
No tengo que competir con nadie, no hay comparación posible; soy única, no hay nadie como yo. Lo que es válido y deseable para otros, no tiene por qué serlo para mí.
No tengo ninguna necesidad de correr, la prisa NO es mi amiga y me lleva a sitios donde no quiero estar. Navego a mi ritmo y elijo mi destino y mis batallas.
Mi tribu son las mujeres que saben que la perfección no existe, que la vida real huele a café, a tierra mojada y a mar y que el sonido perfecto es una buena carcajada.
Cada año me hace más sabia, más fuerte y más libre. Yo elijo cómo celebrarlo y con quién. Y no sólo el cumpleaños: también la vida.
Seguiré navegando, riendo y soñando durante los años que vengan. A pesar de las contracturas.
Soy Diosa Vikinga. Soy indestructible (o al menos muy terca y voy a ponérselo muy difícil al que lo intente). Y eso basta.
Gracias por remar conmigo en esta aventura. Por leerme (cada quince días), por comentar, por esos mensajes diciéndome cuánto os ha gustado y cómo os habéis reído, por todos los “esto da para un post de los tuyos”. Nos quedan muchas risas y muchas luchas así que ADELANTE, VIKINGAS.
Espera a los sesenta....son super guay!!!
Ya te felicité en alemán... pero ahora en portugués: parabens, que es súper bonito.
Parabens pra você, nesta data querida, muitas felicidades, muitos anos de vida